lunes, 18 de noviembre de 2013

Pedazos de tierra en mi cara

Pedazos de tierra en mi cara,
cara de guerrero en mis ojos;
la batalla comienza sin que
el cuerno haya creado una
tormenta con su sonoro
grito;
los hombres de caras azuladas
se levantan, alzan sus hachas,
mueren por mil venablos;
consigo más polvo que sangre
en mis manos; lodo en mis nudillos
fluido carmesí en mis ojos, mis
blancos ojos; mis ojos oscuros…

La batalla sigue y sigue,
sin que un ángel exterminador nos
acabe a todos, nos mutile hasta
pedir perdón al Bienhechor por
todos nuestros pecados y atentados
hacia sus divinas creaciones…

La codicia, el orgullo, la lujuria,
el pesimismo sigue en nuestra
Aura, mientas nos dieron un manto
sagrado colorado de virtud…



¿Somos el hijo pródigo o el pródigo del padre?

No hay comentarios:

Publicar un comentario