Odiseo pasa por las puertas del infierno y se percata
de dos cosas:
1.
No
hay un can cuidando la entrada; en cambio, un hombre bien vestido y dientes de
marfil en un taburete proclama éste su reino y la soberanía es de todo el que
entre en él.
2.
Hades
había sido expulsado y ahora un tal Lucifer está tirado en un catre de espinas
suspirando los errores de su pasado.
***
Odiseo regresa a su casa con Telémaco y Penélope con
cara taciturna, casi se puede decir que la amargura marca con una línea fétida
el camino que ha pasado. Su amada esposa le pregunta miles por qués y cómos,
pero su hijo acierta el dedo en la llaga cuando le pregunta si encontró lo que
necesitaba en su viaje; Odiseo respondió:
-Me di cuenta que somos parte de una ficción, hijo;
somos parte de una ficción y en el futuro me van a cambiar el nombre por
Ulises. Pésimo nombre. Pésimo.
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